No permitas que tu legado se quede anticuado. Moderniza la empresa familiar

El término de empresa familiar se refiere al tipo de empresa en el que la dirección está en manos de una o varias familias. Se trata de un modelo de negocio muy común y, según las cifras aportadas por el Instituto de la Empresa familiar, aproximadamente 1,1 millones de empresas en España son familiares. Es decir, el 89% del total de las empresas responden a estos parámetros. Esto significa que las compañías familiares son, a día de hoy, fuentes generadoras de empleo importantísimas en España, pues ofertan la mayor parte de los puestos de trabajo que se crean en el sector privado; así que un mal cuidado de las mismas, podría entorpecer el buen desarrollo de la economía nacional.

Como todo, esta forma de negocio tiene sus pros y sus contras. El hecho de que una empresa haya pervivido al paso del tiempo, habla de calidad en el producto o en el servicio ofertado, así como de un funcionamiento óptimo en general, pero también hay dificultades que no se contemplan en otro tipo de compañías. Por ejemplo, existen muchas posibilidades de que los problemas o intereses familiares, se mezclen con los laborales, provocando que la toma de decisiones no sea del todo objetiva en algunas ocasiones. También es frecuente que este tipo de negocios se hereden de generación en generación, lo que puede impedir el progreso y la actualización, con el único objetivo de mantener los valores de los antepasados, aunque ya estén anticuados.

Hay quienes consideran que la mejor manera de gestionar la dirección de una empresa familiar es preservar la tradición a toda costa, sin transformar nada en su funcionamiento. Sin embargo, en muchas ocasiones, los cambios son una manera de crecer y la esencia primigenia no tiene por qué verse afectada si se hace bien, pudiendo conservarse sin impedir el progreso. En este post queremos alentarte a modernizar tu empresa familiar para adaptarla a las necesidades del presente y no permitir que tu legado se quede anticuado. ¿Quieres saber cómo? ¡Quédate a leer!

Revisa los valores de la empresa y adáptate a las preocupaciones presentes 

Es importante que todas las empresas en general, revisen sus valores constantemente, pero las empresas familiares cuentan con grandes ataduras al pasado que hacen que sus ideas sean mucho más férreas y difíciles de cambiar. El producto o servicio que se oferte, la manera de hacerlo y la forma de tratar a los trabajadores y trabajadores, debe de ser coherente con el presente. Esto no significa que haya que rechazar la tradición por completo, sólo saber elegir qué parte de esa esencia debe permanecer y cuál no. Progresar también significa reconocer errores y repararlos.

Por ejemplo, si la publicidad de tu empresa estaba construida en base a lemas machistas, racistas u homófobos, es hora de frenar el daño y tomar medidas para dejar de repetir errores. También es importante tener en cuenta la huella ecológica que se pueda ocasionar por culpa de los procesos implicados en la producción, almacenamiento o venta. Antes, la preocupación con el medio ambiente era mucho menor porque los efectos del cambio climático no estaban tan presentes ni eran tan palpables, pero, ahora, es muy importante que las empresas vayan adaptándose, en la medida de lo posible, a la transición ecológica. No es solamente una manera de modernizar tu empresa, sino también de cuidar el planeta y a quienes viven en él.

Considera la opción de incorporar personal externo a la familia a la hora de tomar decisiones

Algunas empresas familiares se resisten a la incorporación de personal externo a la familia a la hora de tomar decisiones por la desconfianza hacia lo nuevo, el miedo a tener que gestionar desacuerdos o a perder control sobre su poder. Si tu empresa lleva varias generaciones gestionada exclusivamente por miembros de la familia, tal vez sea el momento de contar con una opinión externa. Considera la posibilidad de introducir profesionales especializados en áreas concretas para ayudarte a tomar decisiones de la manera más objetiva posible, ya que también puede ser una oportunidad de renovación.

Incorpora la tecnología sin perder la esencia

Cuando hablamos de incorporar la tecnología a una empresa, no nos referimos a que tengas que cambiar el personal humano por máquinas, o la atención al cliente por mensajería instantánea o respuestas automáticas. Sin embargo, hay áreas donde incorporar la tecnología, podría ayudarte a crecer y actualizarte. Por ejemplo, en lo que refiere a la gestión de recursos humanos, es muy útil la herramienta Kairos que, además de gestionar todas las tareas desde una misma plataforma, garantiza el cumplimiento normativo de la empresa para asegurar todos los requisitos legales ante cualquier inspección. Entre otras cosas busca hacer frente a la brecha salarial, acabando con la posible desigualdad entre empleados; incluyendo un canal de denuncias para terminar con las irregularidades internas o facilitando un sistema de registro de jornada que ahorre tiempo, dinero y aumente la productividad.

La tecnología también será muy útil en lo que refiere a las estrategias de márquetin y posicionamiento en el mercado. Si tu empresa todavía no tiene página web o redes sociales, es el momento de crearlas y, para ello, lo mejor es que contrates a algún especialista en diseño, pues estas plataformas serán imprescindibles en la comunicación con los clientes desde una nueva posición de modernidad.

Contrata a alguien específicamente para llevar a cabo una modernización en la empresa

Si sientes que todo este proceso será muy difícil de gestionar sin ayuda, puedes barajar la posibilidad de crear un puesto de trabajo específicamente para ello. En realidad, es algo más común de lo que se cree en las empresas grandes y, normalmente se conoce como «consultor de transformación o reestructuración». Su labor consiste en analizar y diagnosticar el funcionamiento interno y externo de la empresa buscando mejorarla y modernizarla, diseñando estrategias y gestionando el cambio. Además, es una forma de tener opiniones ajenas a la familia que asegurarán una mayor objetividad. ¿Ya sabes como adaptar tu empresa a las necesidades del presente?

Esperamos que estos consejos te hayan sido de ayuda. ¡Mucha suerte con tu proyecto!

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