La sociedad cambia con el simple paso de los años y ese es el motivo principal por el que cambian las necesidades y la manera de actuar de la gente y de las empresas que componen esa sociedad. El modo de realizar una actividad económica, de gestionar una empresa o de pensar se ha transformado en muy poco tiempo y eso puede demostrarse con el ‘boom’ de una serie de negocios o técnicas empresariales que jamás hubiésemos pensado que iban a existir hace apenas una década. Ver para creer, que dirían algunos.
Uno de esos negocios que ha proliferado en los últimos tiempos es el de las lavanderías, que ya es un habitual de ciudades como Madrid y como muchas otras. Teniendo en cuenta que en la capital de España los pisos suelen ser más bien pequeños, mucha gente ha decidido prescindir del espacio que ocupa una lavadora para pasar a adecentar su ropa en una de las lavanderías que tenga a mano en su barrio. Ese es el público objetivo y el modelo de negocio que han planteado los principales dirigentes de entidades como de las que venimos hablando.
Que el negocio de las lavanderías vive un momento de apogeo es algo que se puede demostrar si uno tira de hemeroteca y atiende a los datos que aparecen en diferentes medios de comunicación. Según un artículo publicado en el diario 20 Minutos en 2017, ya eran un total de 1.200 las lavanderías que había en toda España, habiéndose duplicado esa cifra en los últimos años y haciéndose evidente, de este modo, que ese apogeo del que venimos hablando es tan real como la vida misma.
Otro artículo, en este caso publicado en el portal web Ideal, hizo hincapié en el por qué de este aumento de las lavanderías callejeras. La solución a este entuerto es bastante lógica: se trata de un negocio para el cual hace falta una pequeña inversión y para el cual apenas hay barreras de entrada. Además, y como ya hemos contado, la actividad que es relativa a lavar la ropa fuera de casa está en aumento entre la población española que vive en las grandes ciudades y que apenas tiene sitio para colocar una lavadora en su casa.
La ciudad de Madrid es una de las que más ha visto crecer el negocio relativo a las lavanderías durante los últimos años. Prácticamente en cada uno de sus distritos y barrios existe al menos un par de negocios que se enmarcan dentro de este sector. ¿El motivo? Que las viviendas de la mayoría de la gente no son todo cómodas y amplias que les gustaría. Una lavadora es un electrodoméstico que ocupa bastante espacio y al final, con la intención de economizar ese espacio, muchas personas se han decantado por llevar la ropa a una lavandería, lo que explica claramente el aumento de este tipo de empresas en la capital según nos han contado los profesionales de Lavatur, una de las entidades encargadas de suministrar este tipo de electrodomésticos.
Madrid, un lugar ideal para el crecimiento de estas empresas
Que este tipo de negocios se haya desarrollado en una ciudad como lo es Madrid no tiene absolutamente nada de casualidad. Quienes han levantado estas empresas conocen de primera mano los problemas, las necesidades y el modo de vida de los madrileños y saben que una de sus principales preocupaciones tiene que ver con la reducción de su espacio. Esta es la clave del éxito de un modelo de negocio que apunta a seguir creciendo en los próximos años.
Otra de las ciudades en las que se repite el caso de Madrid por motivos obvios es Barcelona. La Ciudad Condal también tiene un problema en lo relativo a la amplitud de muchos de sus pisos. Y, aprovechando esta coyuntura, los negocios que han proliferado en los últimos años han sido precisamente los que han tenido que ver con lavanderías por las mismas razones por las que lo han hecho en Madrid.
¿Cuánta esperanza de vida tiene este tipo de negocios? En el mundo empresarial no se puede adelantar nada, ni siquiera a corto plazo. Bien es cierto que buena parte de los habitantes de Madrid van a seguir viviendo en un espacio no superior a los 60 metros cuadrados, por lo que desprenderse de algunos electrodomésticos no les va a venir nada mal. ¿Augura esto una larga presencia de las lavanderías callejeras? En principio, desde luego, sí.