A nadie le gusta recibir la noticia de un despido. Da igual si lo ves venir o te pilla por sorpresa: siempre es un momento incómodo, cargado de incertidumbre, y en muchos casos, bastante injusto. Lo peor es que muchas personas, al encontrarse en esa situación, prefieren callar, firmar lo que les ponen delante y asumir que no hay nada que hacer. Pero, ¿y si te han despedido sin una causa justificada? ¿Y si han vulnerado tus derechos? Si ese es el caso, debes actuar, y créeme que sí, puedes hacer algo; de hecho, en más casos de los que imaginas, se gana.
En este artículo vamos a explicarte todo lo que necesitas saber si sospechas que tu despido no se ajusta a la legalidad. Vamos a hablar de las situaciones más frecuentes, de los pasos que hay que dar, de los plazos (ojo, que esto súper importante) y, sobre todo, de la importancia de no dejarlo pasar.
Lo primero, ¿Qué tipos de despido existen?
Antes de lanzarte a reclamar, hay que saber cómo ha sido tu despido. En España, existen varios tipos, y no todos se pueden considerar “injustos”. Lo que sí ocurre a menudo es que se camufla un despido sin causa bajo otras fórmulas para que parezca legal.
Los tres tipos de despido más comunes son:
- Despido objetivo: Se basa en razones económicas, técnicas, organizativas o de producción. Aquí la empresa debe justificar que el despido se debe a causas que afectan a su funcionamiento o viabilidad.
- Despido disciplinario: Se produce cuando la empresa alega un comportamiento grave del trabajador (como faltas repetidas, desobediencia, pérdida de confianza, etc.). Pero ¡ojo! No todo vale como motivo, y muchas veces las empresas fuerzan este tipo de despido sin pruebas suficientes.
- Despido colectivo o ERE: Cuando afecta a un número importante de trabajadores. Este tipo está muy regulado, y suele suponer un procedimiento más complejo.
Ahora bien, dentro de cada uno de estos tipos, el despido puede considerarse:
- Procedente (cuando hay justificación legal suficiente).
- Improcedente (cuando no se puede demostrar la causa, o no se han respetado los procedimientos).
- Nulo (cuando se produce vulnerando derechos fundamentales, por ejemplo, en casos de embarazo, reducción de jornada por cuidado de hijos, afiliación sindical, etc.).
¿Dónde entra aquí lo “injusto”? Pues, precisamente, cuando el despido es improcedente o nulo. Es decir, cuando no hay razones claras, o se han saltado la ley por la cara.
Las situaciones más comunes que huelen a despido injusto.
Hay patrones que se repiten, y que los abogados laboralistas conocen al dedillo, de modo que, si te ves reflejado en alguna de estas situaciones, hay motivos para sospechar:
- Te han despedido sin previo aviso, de forma verbal o con una carta que no explica nada concreto.
- Has estado de baja médica y a la vuelta, de pronto, te echan.
- Has reclamado algún derecho (vacaciones, sueldo pendiente, reducción de jornada…) y poco después te comunican el despido.
- Eres mujer y justo después de anunciar tu embarazo o reincorporarte de una baja por maternidad, te dan la carta de despido.
- Se alega bajo rendimiento o faltas graves sin ningún expediente ni advertencia previa.
- En el despido te ofrecen una cantidad inferior a la que te corresponde legalmente, y te apremian a firmar rápido.
Todos estos son indicios de que, probablemente, ese despido no está bien fundamentado, y podrías reclamar.
Qué hacer justo después de recibir la carta de despido.
Por desgracia, es justo en este punto donde muchas personas cometen errores, por nervios, desinformación o miedo; así que párate a leerlo con nosotros.
Lo primero que debes tener claro es que firmar la carta de despido no significa que estás de acuerdo con ella. Puedes firmarla “no conforme” y añadir la fecha de entrega (esto es muy importante). Esto te protege por si luego decides impugnarla.
Por otro lado, si te dan un finiquito, también puedes firmar con “no conforme”. De hecho, nunca firmes nada sin leerlo y sin tener claro a qué te compromete. Muchas veces, te ofrecen firmar un documento que incluye una cláusula de “renuncia expresa a acciones legales”, que no es válida legalmente, pero que puede confundirte si no estás bien asesorado.
Después de eso, lo ideal es recopilar toda la documentación: nóminas, contratos, comunicaciones por correo o WhatsApp, partes médicos si has estado de baja, etc. Todo puede ser útil si acabas reclamando.
Y por supuesto: busca asesoramiento legal lo antes posible. Cuanto antes consultes con un profesional, más margen de acción tendrás.
Tienes solo 20 días hábiles para reclamar. Ni uno más.
Y no lo decimos solo nosotros: lo advierten los profesionales de Abogados Santander.
Si has sido despedido y crees que es improcedente o nulo, tienes solamente 20 días hábiles (es decir, sin contar fines de semana ni festivos) para presentar una reclamación, y no es negociable. Si se te pasa el plazo, pierdes el derecho a reclamar por vía judicial, aunque tu despido haya sido claramente ilegal.
¡Por eso es tan importante moverse rápido!
¿Y qué se hace en esos 20 días? El primer paso es presentar una papeleta de conciliación en el servicio de mediación laboral de tu comunidad autónoma, y es obligatorio antes de ir a juicio. Básicamente, es una cita entre tú y la empresa (normalmente con vuestros abogados) para ver si se puede llegar a un acuerdo sin necesidad de ir a juicio.
Si hay acuerdo, se cierra ahí, pero si no, se puede presentar la demanda ante el Juzgado de lo Social.
¿Qué pasa si la justicia te da la razón?
Si el juez declara tu despido improcedente, la empresa tendrá que elegir entre:
- Readmitirte en tu puesto, con el pago de los salarios de tramitación (es decir, los sueldos desde que te despidieron hasta la sentencia).
- Pagarte una indemnización que depende de tu antigüedad y salario.
Si se declara nulo, entonces la readmisión es obligatoria, y además con todos los salarios atrasados. Esto ocurre en casos donde se ha vulnerado un derecho fundamental, como en los despidos por embarazo, sindicalismo, discriminación, etc.
En cualquier caso, el resultado suele ser favorable para el trabajador cuando hay pruebas claras. Muchas veces, incluso antes de llegar a juicio, la empresa ofrece un acuerdo mejorado para evitar perder el caso.
La importancia de no aguantarse.
Aquí llega el punto más humano de todo esto. Muchísimas personas, aun sabiendo que el despido ha sido injusto, prefieren no meterse en líos. Piensan que no merece la pena, que es demasiado lío o que “total, ya está hecho”. Pero ojo: no defender tus derechos laborales tiene consecuencias, y no solo para ti.
Cada vez que alguien acepta sin más un despido improcedente, sin reclamar ni pedir explicaciones, se está enviando un mensaje a la empresa: que puede hacer lo que quiera. Y eso alimenta un mercado laboral más precario, con menos garantías y con trabajadores que viven con miedo.
Además, hay algo que no se dice mucho, pero es muy cierto: reclamar dignifica. No por el dinero, sino por lo que implica psicológicamente. Y es que, el hecho de sentir que te han tratado mal y no hacer nada al respecto puede dejar una sensación de impotencia que te acompaña durante años.
Por eso, si te han despedido y sientes que no se ha hecho de forma justa, alza la voz. Consulta con un abogado, infórmate y valora tus opciones.
¿Y si me ofrecen firmar una baja voluntaria?
Algunas empresas, en lugar de despedir directamente, presionan para que el trabajador firme una baja voluntaria “por las buenas”. Te dirán que es lo mejor, que así te evitas líos, que no mancharás tu currículum… Pero cuidado.
Firmar una baja voluntaria implica renunciar a cualquier indemnización, y además pierdes el derecho a paro. Es una trampa muy común, sobre todo cuando el despido no está bien justificado y la empresa teme una reclamación.
Si te encuentras en esta situación, lo mejor es pedir tiempo para consultar con un abogado. No te dejes presionar, y recuerda: si la empresa quiere que te vayas, que lo haga como corresponde, con todas las consecuencias legales.
¿Hace falta contratar un abogado?
No es obligatorio, pero sí es muy recomendable.
Al fin y al cabo, un abogado laboralista conoce los plazos, los documentos que hay que presentar, cómo negociar en la conciliación, y cómo plantear una demanda si hace falta. De hecho, en muchos casos, puede incluso conseguir que la empresa llegue a un acuerdo sin juicio.
Además, algunos ofrecen la opción de pago solo si se gana el caso, o tarifas adaptadas. Y si cuentas con sindicato o seguro jurídico, puede que ya tengas este servicio incluido.
Por favor, que no te dé miedo reclamar… Puede ser peor.
Los despidos injustos ocurren a diario en todo tipo de empresas, por desgracia, y ninguno estamos exentos de ellos. Sin embargo, también hay que mirar la otra cara de la moneda: también existen miles de personas que han conseguido revertir la situación, recibir lo que les corresponde o, al menos, cerrar esa etapa sabiendo que defendieron su dignidad laboral.
Así que no te quedes con la sensación de que te la han jugado en tu propio trabajo, por favor.
Infórmate, consulta con un profesional y actúa a tiempo. Tus derechos laborales se hicieron para protegerte, y si alguien se los salta, no tienes por qué quedarte callado.