El marketing es a día de hoy la herramienta más poderosa dentro de esta sociedad de consumo donde la competencia es brutal. A diario podemos observar como las grandes empresas lanzan las mejores campañas publicitarias con el ánimo de atraer a la mayor cantidad de clientes posibles, pero ojo, que no vale todo, que una cosa es querer alcanzar el éxito y otra muy distinta es tratar de conseguirlo a cualquier precio.
El marketing responsable nace para dar respuesta a las demandas de una sociedad más comprometida, de unas empresas que no sólo buscan vender un determinado producto o servicio, sino que además, quieren hacerlo de forma ética, comprometidos con los problemas sociales, con los derechos de los trabajadores y trabajadoras o con el respeto y el cuidado del medio ambiente. Y todo esto afecta a todo el proceso de producción, lo que genera una mejor imagen de la marca en cuestión, como consecuencia de los beneficios que esta produce a la sociedad.
El principal objetivo del marketing responsable consiste en tener muy claro quién es el público objetivo, por eso la definición del mismo ha de ser siempre lo primero, y a partir de ahí, y de las necesidades de este, se empezará a planificar la estrategia de marketing.
En este contexto podemos destacar en nuestro país, empresas como Dicendi, que como agencia de marketing responsable desarrolla todos sus proyectos atendiendo siempre al compromiso con el desarrollo sostenible y a los valores compartidos por las sociedades democráticas. Aquí entienden el marketing responsable como una filosofía de negocio por la que una organización debe centrar siempre sus objetivos en la satisfacción de l@s consumidores y clientes siguiendo valores éticos.
Cómo diseñar el mejor plan de acción
Para comenzar a planificar una buena estrategia de marketing responsable lo primero es analizar la situación de la sociedad actual, así como el perfil psicológico de nuestro cliente objetivo, sus necesidades, sus preocupaciones, sus creencias religiosas o su filosofía de vida, sus hábitos de consumo y sus prioridades, su cultura, sus principios y sus valores.
Evidentemente no todo el mundo estará de acuerdo con la filosofía defendida por una organización, pero esto es totalmente inevitable y en la variedad, como dicen, está el gusto. De lo que se trata es de poder llegar a un público cada vez más amplio.
Así, las empresas más importantes del mundo, prestan su apoyo a diferentes causas sociales, organizan campañas de recogida de fondos o alimentos para las personas más desfavorecidas o bien se rigen por un sistema de producción encaminado al cuidado del medio ambiente.
Porque más allá del beneficio que se pueda conseguir con esta tipo de acciones, estará la impresión que con estas podemos provocar en los consumidores y consumidoras, la diferenciación frente a la competencia y la imagen que se ofrece al mundo y que queda grabada en el subconsciente colectivo.
El marketing responsable no es solo una moda, es una nueva forma de entender los negocios y la mejor manera de calar hondo en esta sociedad.