Aprender a jugar al llamado deporte rey no es solo repetir gestos, también hay que dar respuestas en lo técnico y lo táctico para responder a cada situación que el juego propone.
Si que es cierto que buscar una academia de fútbol para que juegue el niño es una tarea donde se necesita tener una serie de cosas claras.
Algo bueno que tiene el fútbol es que, salvo las botas de fútbol, que sí que es necesario poder contar con unas de buena calidad, no necesitas más inversión, pues la ropa en muchos casos ya viene incluida o no hay que poner cantidades muy elevadas.
Tiendas especializadas como Marianssport, expertos en botas de fútbol para niños y botas de fútbol sala, insisten en la importancia para un buen rendimiento de unas botas de buena calidad, sinónimo de durabilidad y mejores prestaciones.
Además de contar con unas buenas botas y ropa de equipo, vamos a daros algunos consejos para que sepáis como debe ser la formación de un niño que quiera formarse en fútbol:
Más juegos y menos ejercicios de carácter analítico
Normalmente solemos ver en los entrenamientos que muchos niños tienen tantas tareas analíticas que solo trabajan la ejecución, cuando jugar al fútbol no solo consiste en patear la bola.
Para jugar al fútbol es necesario responder a situaciones novedosas, reflexionando sobre la acción y tomando decisiones bajo presión, así como una capacidad de imaginación y creatividad.
El fútbol es un deporte complejo y no algo repetitivo, por lo que solo el propio juego es el que nos enseña a jugar. La práctica es fundamental, por lo que es evidente que lo más recomendable es buscar en el entrenamiento situaciones similares al juego para que así se aprendan los ejercicios en lo técnico y lo táctico. Los ejercicios de tipo analítico estarán en un segundo lugar.
Promoción de la tolerancia frente a cometer errores
El entrenador de fútbol en las academias de formación debe tener una actitud positiva y constructiva. Se debe generar un ambiente donde se tolere el error de los niños, que no tienen que tener temor alguno a cometer fallos o perder el balón. Si se quiere conseguir esto, hay que crear una atmósfera en el entrenamiento de confianza y respeto en la cual los retos y los valores primen por encima de los resultados.
Cuando se practica y juega no siempre hay que corregir los errores, especialmente los técnicos, ya que lo que hace es limitar al jugador que busca arriesgar. Esto es imprescindible para el jugador que busca expresarse en su libertad y creatividad.
En el mundo del fútbol, especialmente en categorías tempranas tiene que ser diversión, en absoluta una obligación o generar frustraciones. La reproducción del juego en la calle no supone una idea descaminada en algunos momentos.
No solo importa el resultado
El resultado de un partido o de los partidos en general, no tiene que condicionar la manera en que se entrena y enseña el fútbol en las etapas formativas. Si siempre estuviéramos orientados en base a esto, se limitaría la formación futbolística de los niños, reduciendo los entrenamientos a golpear el balón con fuerza o solo a meter gol.
Como decíamos antes el fútbol tiene también una parte que es “cabeza” y de ahí va a los pies, no al revés. Por desgracia, cada vez más el ganar parece lo más importante, hasta en categorías tempranas. No es que queramos decir que el resultado no importe, sino que en el mundo del fútbol en formación no es lo único ni lo más importante.
Competir, pero sin hacer trampas
En la competición hay sitio para el entrenamiento, ya que especialmente es deporte que necesita del mismo. Lo que debemos pensar es que más allá de resultados, lo importante es la formación y los objetivos que se pongan a largo plazo.
No hay que olvidar nunca que los niños juegan al fútbol para divertirse y disfrutar. Los entrenadores lo que deben hacer es ir ganándose la confianza de los niños, predicando con el ejemplo y dándoles esos valores que tan importantes son como el compañerismo, el esfuerzo o la necesidad de respetar y aceptar las normas.
El fútbol más que servir para ser un jugador profesional, primero tiene que servir para aportar civismo y educación a unos niños que están formándose y que lo que necesitan son buenos ejemplos.