Así monté mi propia consulta psicológica en Madrid

Cuando emprendes un proyecto empresarial totalmente personal, es normal que, pasado algún tiempo, eches la vista atrás y te guste recordar cómo empezaste en el asunto y qué aciertos o errores has podido cometer a lo largo de tu trayectoria. Siempre es importante que se haga ese ejercicio porque, a fin de cuentas, nos va a poder servir para realizar mejoras y correcciones en algunas cosas, lo cual servirá para que nuestro negocio disponga de una mayor popularidad y para que nosotros mismos proporcionemos productos o servicios de mejor calidad. De ahí también se puede extraer la necesidad de escribir este artículo: os quiero contar cómo llegué a abrir mi consulta de psicología en Madrid para tener esa idea global que me permita, quizá, mejorar cosas en el futuro.

Llevo siendo psicólogo profesional bastante tiempo pero, hasta que decidí abrir mi propio negocio, trabajaba por cuenta ajena en Madrid, mi ciudad natal. Después de acumular bastante experiencia en ese sentido, la verdad es que empezaba a pensar que podría ganarme la vida por mi cuenta. Por suerte, hay muchas personas que se han empezado a dar cuenta de lo beneficioso que es acudir al psicólogo y lo mucho que les podemos ayudar en cualquiera de los problemas que ronde por su cabeza. Y además, en una ciudad como lo es Madrid, en la que las prisas siempre son garantía de estrés o ansiedad y en la que todo gira tan rápido, sabía que mucha gente iba a confiar en mis servicios.

Además, a la hora de abrir mi propia consulta contaba con otro dato: el de que España se encuentra a la cola en salud mental, sobre todo en lo que tiene que ver con el número de psicólogos que hay en la sanidad pública y que son 2.800. Así lo desvelaba la noticia que ya os he enlazado del diario El Español y que, desde luego, prueba que hace falta inversión privada como la que yo estaba pensando realizar. Por otro lado, la noticia indicaba que el Gobierno iba a destinar en 2022 un total de 100 millones de euros en este área, algo que es a todas luces insuficiente para quienes sabemos cómo funciona el sector y las cosas que hacen falta dentro de él.

Decidí que tenía que abrir una consulta y la verdad es que tenía la sensación de que, si me lo montaba bien, podría obtener una gran popularidad con ello. Siempre me ha encantado mi trabajo, algo que es básico para tener éxito en una trayectoria profesional, y el resultado de ello es que un porcentaje enorme de todos mis pacientes han encontrado las salidas que estaban buscando para su vida después de venir a verme y de aceptar mis consejos. Pero, claro, tenía que ponerme manos a la obra para poder comenzar mi actividad tan pronto como fuera posible.

Lo primero en lo que me centré fue en cumplimentar todos los documentos que eran necesarios para comenzar mi actividad sin tener problemas legales de ningún tipo. Ya sabéis que, en España, somos muy dados a tener mucha burocracia para todos los procesos. Y tuve que vivir en primera persona todo lo que eso implicaba. Lo cierto es que conseguí resolverlo y comencé a pensar más en serio en algo que llevaba dando vueltas a mi cabeza bastante tiempo: el lugar en el que iba a instalar mi consulta. Decidí, tras meditarlo, que sería mi propia vivienda. Y tenía que adaptarla y realizar alguna pequeña reforma para que ese espacio diera la imagen que quería de cara a obtener una gran impresión por parte de los clientes.

No quise dejar nada al azar para hacer de mi casa en Madrid una consulta psicológica de calidad. Cuando tu vivienda es también tu lugar de trabajo y te visitan clientes, no te puedes permitir que la presencia de la misma no sea la mejor. Por eso, cuando comencé con este proyecto, inicié una reforma que incluso me llevó a hacer cambios en el cuarto de baño. En concreto, quise cambiar los muebles y lo cierto es que me tomé mi tiempo a la hora de elegir lo que iba a implementar. Empecé a hacerme una idea más clara cuando visité la galería de imágenes de la que disponen en Baños Cien y pude empezar a comparar entre diferentes estilos, tamaños e incluso acabados.

Creo que el resultado ha sido bastante bueno. Cuando empecé a operar con normalidad y pasó algún tiempo, me di cuenta de que muchos de los clientes que habían venido por primera vez a verme habían sido fidelizados, confiaban en mí como el que confía en un familiar o en un mejor amigo. Eso se debe a varias razones, por supuesto. No puedo dejar de decir que mi formación y todos los conocimientos que he adquirido gracias a mi experiencia han sido claves en este asunto, pero conseguir hacer de mi vivienda un espacio moderno y acogedor también ha sido algo que me ha ayudado mucho a llegar a ser uno de los psicólogos de referencia en la ciudad de Madrid.

¿Qué es lo que le pediríais a vuestro psicólogo?

¿Cuáles son las características esenciales que debe tener un buen psicólogo? Sin duda, esta es una pregunta en la que nos debemos detener las personas que nos dedicamos de manera profesional a este sector. He querido recoger algunas de las que se mencionan en el artículo que os acabo de enlazar y que pertenece a la página web de Psicología y Mente.

  • Es primordial que en ningún momento se juzgue a ningún paciente. No estamos para juzgar, sino para ofrecer respuestas a sus inseguridades, a sus inquietudes y a sus miedos.
  • Ser accesible. Y, sobre todo, que el paciente así lo interprete. De esa manera, se va a sentir cómodo y seguro durante la sesión, algo que es fundamental.
  • Hay que escuchar activamente. Y esto siempre tiene una relación directa con la no interrupción, que es un mal en el que solemos caer muchos y que tenemos que limitar al máximo.
  • Ser sincero. Va a ser siempre la mejor manera para guiar al paciente hacia la recuperación. No podemos autoengañarnos o, peor aún, engañar al paciente.
  • Estar en continua formación es algo básico porque la sociedad cambia y las personas que la componen también. Por tanto, si queremos comprenderlas y guiarlas, tendremos que conocer el contexto en el que se mueven.
  • Ser ético. Existe un código deontológico que debe ser inquebrantable. Debemos respetar la dignidad del paciente y sus derechos humanos.
  • Comunicar de manera efectiva. Todos los puntos son importantes, pero este me parece especialmente relevante. Hay que garantizar el entendimiento entre ambos porque, de lo contrario, estaremos perdiendo ese nexo que nos une con el paciente y que permite que el tratamiento y la sesión sean eficaces.
  • Hay que tener paciencia. No podemos pretender que las cosas evolucionen de un día para otro. Debemos comprender que esto forma parte de un proceso y que todo requiere tiempo.
  • Tener empatía. Es una cualidad que deberíamos tener todos los seres humanos, pero los psicólogos debemos tenerla grabada a fuego en la piel.
  • Derivar es imprescindible. El psicólogo no puede pretener ayudar en absolutamente todos sus problemas al paciente, así que debe saber cuándo es el momento de recomendarle que visite a otro especialista de la salud.

Como es lógico, si además de todo eso conseguís que el espacio en el que se produce la consulta sea cómodo y agradable, estaréis consiguiendo un extra que, desde luego, va a tener una influencia a la hora de que el paciente valore el servicio recibido como positivo. Y, además, estaréis realizando una contribución más que interesante a que consiga la confianza que necesita para enfrentarse a una situación como esa, en la que la confianza es algo tan necesario y de lo que no se puede prescindir bajo ningún concepto. En mi caso personal, creo que esa construcción del espacio es idónea y una de las cosas que más me ha ayudado a que mi negocio funcione a la perfección. Además, y siendo mi casa mi espacio de trabajo, también me puedo beneficiar yo mismo de las reformas que he realizado.

Tengo un montón de expectativas puestas en el futuro, como no podía ser de otra manera. Creo que estoy haciendo las cosas bien, pero eso no va a hacer que me relaje en absoluto de cara a lo que está por venir. Vivimos en un mundo muy competitivo, incluso en el campo de la psicología, así que tengo que hacer todo lo que esté en mi mano para seguir ofreciendo un servicio que sea lo más completo posible, combinando mis conocimientos y experiencia en una actividad como esta y un espacio en el que la comodidad y la seguridad del paciente siempre estén garantizadas. Así es como puedo soñar en grande y seguir haciendo lo que más me gusta y lo que creo que le puedo aportar a esta sociedad.

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